Aunque su nombre está relacionado al dios del mar Manannan, en las antiguas leyendas irlandesas se denomina a la Isla de Man con varios nombres: Inis Falga (Isla Noble), Eamhain Abhlach (Jardín de los Manzanos, latinizado como Eubonia), Tir Tairngire (Tierra Prometida), Inis Seanta (Isla Sagrada). Este último es el que ha sobrevivido, aunque adaptado al gaélico manés como Ellan Sheeant.
La llegada del idioma goidélico a la Isla de Man acontece entre los siglos IV y V d. C., cuando invasiones de habitantes procedentes de Irlanda se establecen en la isla, sustituyendo esta a una supuesta lengua britónica hablada hasta entonces allí. Sin embargo la isla de Man, y con ella su lengua, aparecen a partir de las invasiones escandinavas; entre el 800 y el 815, los vikingos llegaron la isla de Man esencialmente por el pillaje. Entre el 850 y el 990, se establecieron sobre la isla, pero esta vez bajo el control de los reyes escandinavos de Dublín. Entre el 990 y el 1079 finalmente, la isla estuvo sujeta a los poderosos jarls de las Órcadas. Durante todo el período escandinavo, la isla estuvo nominalmente bajo la soberanía de los reyes de Noruega, pero estos raramente pudieron hacer valer sus derechos, a excepción de ciertos como Harald I en el 885, de Magnus III al final del siglo XI, o de Hakon IV a partir de 1217. A partir del siglo XIII la isla es disputada por anglosajones y escoceses, y más tarde fue señorío de diversos títulos nobiliarios ingleses para pasar finalmente a manos de la Corona Británica.
Tras su extinción a finales del siglo XIX como lengua materna de la población, hoy en día se está intentando recuperar el manés, sobreviviendo gracias a un pequeño número de personas que lo han aprendido como segunda lengua y que intentan potenciarlo y normalizarlo frente al inglés, su lengua materna. Ya en 1999 se crea la Yn Cheshaght Ghailckagh, es decir la Sociedad para la lengua manesa, con objetivo de preservar el manés como lengua propia de la isla de Man y estudiar, cultivar y publicar la literatura en manés, tanto la pasada como la actual.
Ruth Keggin
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