viernes, 8 de diciembre de 2017

Celtibeerian - Deiwos



diseño: Jan Yrlund Darkgrove Studio
CELTIBEERIAN
folk-metal desde Castilla La Mancha

La historia de Deiwos (que significa "dioses") nos cautivó desde el principio: el álbum trata el tema de la dualidad humana a través de la oposición entre los dioses celestes y los dioses del inframundo: los ctónicos. En concreto la historia del disco se basa en Airón (dios de las aguas profundas) Navia (diosa de la fecundidad) y Ataecina (diosa del renacer) La dualidad que ellos representan, entre la luz y la oscuridad, entre la vida y la muerte, puede aplicarse al "yo" individual para describir el espíritu de nuestra naturaleza interior, nuestros impulsos terrestres inconscientes, y nuestras propias profundidades materiales.



RESEÑA DE DEIWOS

Nuevo y esperado disco de Celtibeerian, dedicado fundamentalmente a los antiguos dioses de la península ibérica, aquellos deiwos conectados con los ancestrales lugares de culto por donde fluye el agua de la vida y de la muerte: las corrientes profundas, las cavernas, los pozos y manantiales subterráneos. Por un lado, mantienen la fertilidad de la tierra con sus aguas, por otro, transportan a los muertos a su nueva morada.

La Intro ya nos sumerge en la temática básica de este álbum. Narración muy “profesional” seguida por unos versos celtíbericos (celtibírricos).


2 Deiwos. En este primer tema nos encontramos con dos oscuras y antiquísimas divinidades relacionadas con las aguas profundas, el inframundo y el destino de los muertos. Airón y Navía. Ambas deidades tienen muchos topónimos relacionados con acuíferos (fuentes de vida), por lo que vienen a ser como un puente fronterizo entre la vida y la muerte. Navía los lleva en su barca y Airón decide qué trato deben recibir en ese más allá, según la vida que hayan llevado.

Quedó este refrán: “Madrid es como el Pozo Airón, que nada bueno cría y para lo malo no se le haya fondo”. Pero por otro lado hay historias de cómo se produjeron terremotos en algunas localidades donde los mandamases de turno decidieron cegar pozos airones, muchas veces porque eran llamados “del diablo”, ignorando que estos pozos también servían para que “el aire tuviera salida y aminoraran los temblores”.

Y empezamos escuchando a Gus en su papel de puto-amo-del-inframundo, dando la bienvenida a los muertos antorcha en mano, con unas palabras más bien poco tranquilizadoras. Y después entra la dulce voz de Patri, en el papel de Navía, la Barquera, recorriendo el río de la muerte, prometiendo un descanso tranquilo a los viajeros.

Los dioses somos del Inframundo. Somos luz, sombra somos. Vivimos en tu alma.

3 Devotio. Los devoti eran guerreros ibéricos que consagraban la vida a su jefe o rey. En algunos casos se consagraban a una divinidad, por lo que, si el jefe moría, ellos sentían la obligación de suicidarse, ya que el dios no había aceptado su ofrenda de morir en lugar del jefe. Tiempos duros, donde era necesaria una casta social que vivía para la guerra y para mantener la seguridad de la propia tierra de un enemigo siempre acechante (sus cabezas colgarán de nuestros caballos).

Tal vez el tema más épico y potente, musicalmente hablando; puro ritmo sin concesiones.

I devote my word, my sword. I devote my will to war
  
4 The wolf I am. Ya nos lo adelantaron meses antes con vídeo y todo. Dedicado a Marcos Rodriguez Pantoja, que pasó su infancia viviendo con una manada de lobos en Sierra Morena (esos lobos que algunos dicen que hay que exterminar).

Reivindicación de ese animal totémico de la vieja Iberia, y que ahora se encuentra en serios problemas de supervivencia. Justo ahora tenemos un juicio contra el colectivo Lobo Marley por haber quemado casetas desde las que cazar lobos con total impunidad.

Patri deja su violín para tomar la voz cantante, cosa que Gus debe agradecer en los directos, aunque en algún pasaje se le une David haciendo guturales.

Con el bosque soy uno, corriendo salvaje y cazando para sobrevivir.

One heart, one soul, I howl at the moon

5 The shadow of the linx. Otro animal totémico de nuestra naturaleza ibérica, igualmente con problemas de supervivencia — Instrumental con la gaita de David en primer plano.

6 Fear my beard. Recuperación de los Celtibeerian más festivos. Hará furor en la gira de presentación, sobre todo entre los barbudos (o sus admiradoras), y el coro del estribillo Look at me!” se escuchará por toda la comarca.

Barbas regaladas por los dioses por algún motivo, que han crecido regadas con cerveza.

My facial hair, the freedom flag

7 The reborn. Dedicada a otra antigua deidad, Ataecina, la Renacida,  Igualmente relacionada con las aguas subterráneas y el Inframundo. Fácilmente asimilable a la primavera, que renace tras el duro invierno, y la fertilidad, pero también a la minería, ya que se han encontrado inscripciones con su nombre en bocas de minas. Es la que se encarga de aquellos que desde el más allá tienen que volver a nacer.

El tema más folky; y otra vez Patri frente al micro, secundada por la flauta de David, que algunas veces tiene un agradable regusto Jethro Tull.

She's young, She's old, she's The Reborn
She guards the dead in the Otherworld

8 The harvest song. Cuantas canciones del tiempo de la cosecha se cantarían en Celtiberia, ya perdidas para siempre… Tiempo de fiesta popular tras la siega, y terminar todos los trabajos del campo, que se queda preparado para un nuevo ciclo agrícola: un duro invierno en el que personas y ganado tendrán que sobrevivir con lo que se ha almacenado. Y finalmente la esperada gran celebración, -¿recordáis la harvest moon que nos cantaba hace unos años Neil Young?-, todos juntos, iluminados por la luna y el fuego, compartiendo el vino, la cerveza, la hidromiel, y cantando...

 ...las mismas viejas canciones sobre las batallas que combatimos
  
9. Navigium Isidis, con su intro orientalizante, nos recuerda al antiguo ritual primaveral dedicado a la diosa Isis, de origen egipcio, pero de adscripción mediterránea, cuando se le sacaba de procesión desde su templo hasta el puerto, donde era subida a un barco, inaugurando así la temporada de navegación.

10. Puellae gaditanae, aquellas bailarinas procedentes de Cádiz que alegraron la vista en los tugurios del Mediterráneo (y seguramente algo más, ya que eran “capaces de excitar el amor más languidecido”) con sus insinuantes danzas, el descaro de sus miradas y sus canciones obscenas, incluso para los parámetros de la época. Bailaban una especie de danza del vientre, acompañadas por castañuelas (crusmata) y llevaban trajes de volantes y peinetas...

Forget your pain
we're the mistress of your shame
Your regrets are in vain
we're the dancers of Gades

11 Life goes on. Dura vida del que trabaja la tierra, de sol a sol, sin importar el viento o la lluvia, para mantener a la familia. Pero el tiempo no perdona y llega el momento en que hay que ceder el relevo a aquellos que pueden aprovechar la sabiduría que el viejo ha ido adquiriendo a lo largo de su vida.

He knows his time is over
When the Sun never stops, life goes on

12 Txoria Txori. Años 70, cuando la mayoría de vosotros ni habías nacido. Tiempo de cantautores y de canciones que eran un granito de arena más para luchar contra la dictadura, con letras no siempre explícitas, debido a la censura franquista; en muchos casos con símbolos mas o menos poéticos que había que leer entrelíneas para reinterpretarlos.

Cada región tenía sus cantautores icónicos: Madrid, Luis Pastor; Aragón, Jose Antonio Labordeta; Valencia, Raimón; Andalucía, Carlos Cano; Cataluña, Lluis Llach; País Vasco, Mikel Laboa, entre otros. Y este puso música a un poema de Joxean Artze, que habla de la libertad y del respeto a los demás tal como son:

Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no se me habría escapado.

Pero así,
habría dejado de ser pájaro.
Y yo lo que amaba era el pájaro.

Este tema ha sido versionado por varios artistas de una manera muy parecida a la original. Pero la versión de Celtibeerian es… otra cosa. La intro de txalaparta y la flauta podría inducir a error sobre el tratamiento y nos puede llevar a creer que estará en la línea folky de su disco acústico. Pero no. Tras esos segundos tan bucólicos empieza el zurriagazo, con Gus desgañitándose a gusto (a ver cómo acaba la próxima gira...). Si se hiciera ahora una de aquellas antologías de rock radical vasco, podría entrar con todos los derechos.

13. Looking for beer. Bebida de los pueblos ibéricos (se han encontrado restos de cerveza en yacimientos del neolítico, Can Sadurní, siendo los más antiguos de Europa (5.000 años), mientras que el vino solo cuenta con la mitad de tiempo en la península.

Celtibeerian en estado puro, seguramente pensada en lo que esperan sus seguidores: un canto, o más bien himno a la cerveza. Cierto aire country; solo le falta un banjo para que parezcan un grupo de cowboys borrachos galopando por la llanura manchega. A lo que hay que añadir que el grupo cuenta con su propia marca de cerveza, elaborada por Arévaka en viejas tierras celtíberas. 

All my life I’m looking for beer 
14. Gallecia II. Los que ya tenemos cierta edad no tenemos más remedio que recordar aquella adaptación de la Alborada gallega que hicieron en los 60s los Relámpagos, con el característico sonido del órgano eléctrico Farfisa Compact duo.

Pues nada que ver con aquello, tan dulce y melódico, que hizo que a nuestros padres y abuelos empezara a gustarle la música moderna de entonces. Pero, como ocurre con las versiones de Celtibeerian, esto es otra cosa.

15. Y el disco se despide con un outro, donde una voz profunda nos recuerda que los espíritus de la naturaleza están en todas partes, desde siempre y para siempre. 

En definitiva, un gran disco con un grupo bien consolidado, en el que se notan las tablas adquiridas en conciertos de todo tipo a lo largo de los últimos años y que de seguro les abrirá las puertas a futuros festivales internacionales, donde oirán por primera vez las historias de esta tierra celtibérica. 





La grabación tuvo lugar en los Metal Factory Studios de Madrid (Alex Cappa)y la pasterización en Finnvox (Mikka Jussila). La portada ha sido diseñada por Jan Yrlund de Darkgrove Studio (Finlandia) y las fotos son de Javier Bragado.

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